En toda organización, los programas de seguridad son la columna vertebral que sostiene la prevención de accidentes y enfermedades ocupacionales. Sin embargo, muchos quedan solo en el papel: políticas bien escritas, pero con poca práctica real. Por eso, auditar los programas de seguridad no es un trámite, sino una oportunidad para medir, corregir y fortalecer la cultura preventiva.