El trastorno del estado de ánimo es un problema que afecta a muchas personas y que termina por influir en el trabajo. En ocasiones, esta condición puede originarse como consecuencia del propio contexto laboral del empleado, si bien en muchas otras se debe a circunstancias personales. Sea como sea, como miembro del departamento de Recursos Humanos se debe conocer e identificar este tipo de casos para poder intervenir y que trabajar en tu empresa sea sinónimo de felicidad.
Hay diferentes tipos de trastornos del estado de ánimo. Aquí te hablamos de ellos y de sus síntomas:
- Trastorno bipolar: se trata de una dolencia mental que padecen muchas personas sin saberlo. Provoca cambios muy bruscos en el estado de ánimo, de modo que hace que se alternen momentos de euforia absoluta con momentos de enorme tristeza. De este modo, las personas bipolares pueden ser enormemente entusiastas y productivas cuando están atravesando un episodio de alegría mientras que, por el contrario, pueden tener muchos problemas para hacer tareas básicas cuando tienen episodios depresivos. Esto puede conducir fácilmente al absentismo laboral.
- Trastorno ciclotímico: es una forma leve de bipolaridad y se trata de una alteración del estado de ánimo crónica en la que se alternan episodios de euforia con episodios de tristeza, sin embargo estos tienen menos intensidad y duración que en el caso del de las personas que tienen un trastorno bipolar.
- Depresión: se trata de una enfermedad severa que causa una gran tristeza en la persona que la padece hasta el punto de que pueden verse afectadas sus habilidades para desarrollar tareas diarias y sencillas. Puede no tener una causa concreta o puede contar con algún detonante específico. Dentro de esta categoría podríamos encontrar la depresión laboral causada por el síndrome del quemado, una dolencia que suele causar bajas y conviene saber cómo prevenir.
- Trastorno afectivo estacional: se trata de una dolencia que se produce como consecuencia de la reducción de la exposición a las horas de luz, por lo que es frecuente en invierno y en países donde anochece antes y que, a algunas personas, les ocurre con el cambio de horario.
- Estrés y ansiedad: son los más comunes. Hacen alusión a un estado de tensión emocional y física que afecta mucho al trabajo y que conviene frenar lo antes posible para evitar que se cronifique. En ningún caso se debe confundir esta dolencia con el eustrés, que sí tiene repercusiones positivas para la empresa y los trabajadores.
¿Cómo pueden repercutir estos estados de ánimo en el trabajo y qué se puede hacer para evitar este problema?
Muchos de estos trastornos tienen como síntomas el insomnio, la falta de energía y la pérdida de concentración. Todo esto, junto a la desmotivación que siente una persona que no se encuentra bien anímicamente, afecta directamente al rendimiento laboral, de modo que disminuye la productividad. Además, esto puede tener una repercusión negativa en el resto de los miembros del equipo, pues pueden verse contagiados por el desánimo.
Como miembro del departamento de Recursos Humanos, corresponde velar por la salud de tus trabajadores, de modo que lo mejor que se puede hacer es llevar a cabo medidas que fomenten el bienestar de los empleados.
Por otro lado, es cierto que en muchas ocasiones no se puede evitar que los integrantes de plantilla se vean afectados por estas dolencias. En estos casos, lo mejor para hacer es detectar los problemas cuanto antes para poder prestar la ayuda necesaria a las personas afectadas.
Entonces, si alguno de los empleados padece un trastorno del estado de ánimo, no se debe mirar para otro lado ya que esta situación, además de provocar sufrimiento en la persona en cuestión, puede afectar al equilibrio de la empresa.
Autora: Adriana M.
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